domingo, 26 de octubre de 2014

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: Lo inservible

Lo inservible 
Por José Gil.
La madre y hermana quisieron regalarle algo especial, para lo que hicieron lo que forma parte de una historia contada por TV. Su viejo auto, un Volkswagen de los 60, había estado abandonado en un viejo garaje durante 10 años. En varias oportunidades el joven había dicho, con nostalgia, que tenía el sueño de algún día manejar aquel auto. El deterioro era profundo, un motor trabado, su interior enmohecido y la pintura deslucida. Luego de un plan concertado, las dos damas llamaron a un especialista en recuperar autos que otros diagnosticaban inservibles. Te haré esta historia corta, por si eres impaciente como yo. En 21 días ellas llamaron al joven por teléfono, pidiéndole que fuera a verlas de inmediato por un asunto que tenía que ver con su viejo auto y requería urgente atención. Al ver su viejo escarabajo, restaurado y preciosamente acabado, el joven tuvo un emotivo y entusiasta agradecimiento con su madre y hermana…le habían devuelto lo que parecía inservible. ¿Te gustó la historia? Es real, a mí me encantó. Quiero ahora contarte, brevemente, otra, que representa millones de historias. Me refiero a las vidas de tantas almas, diagnosticadas inservibles por otros y que, en este mismo momento, están esperando que alguien tenga más que buenos deseos y tomen la iniciativa para brindarles una oportunidad de recuperar su brillo, su frescura, su razón de ser. Son demasiadas las almas abandonadas en chiveras espirituales, desgastadas, secas, zombis caminantes. Sobre ellos hay quienes hablan, sin acercárseles por supuesto, para luego etiquetarles como…inservibles. Aprendimos a ver a otras personas en función de su utilidad para nosotros, pero no como almas que pueden necesitar de nosotros. Para aderezar el asunto tenemos a tanto religioso que pasa al lado de los caídos del camino sin tomar el tiempo de atenderles, aunque en sus discusiones teóricas son capaces de partir un pelo de religión en varias partes. ¿Conoces a alguien cuya vida sea “inservible”? Son muchos los lisiados y caídos al lado del sendero que las almas caminan, muchos hasta sonriendo por fuera, pero su mundo interior paralizado. Déjame decirte, sin lugar a dudas, alguien ama profundamente a esa alma, una tía, un padre solitario, un excompañero de estudio, y puede que no sepan cómo o que hacer mientras miran que el deterioro continúa. Incluso si no queda nadie que resista amar o desear algo por tal persona, Dios le ama. ¿Conoces a alguien en esa condición? ¿Podría ser que una parte de nosotros se halle así? Viene a mi mente Simón, fascinante personaje en “El milagro más grande del mundo”, un trapero que recogía lo desechado, cuya vida y mensaje permitió recuperar al autor del libro mismo. Me pregunto ¿Qué nos ha pasado? Si estamos tan enredados en una vida “útil” en lo monetario, intelectual y religioso, pero poco o nada hacemos para ayudar a quienes hasta hace poco caminaban a nuestro lado y, por cosas de la vida, están en la lista de inservibles de una sociedad que se evalúa según tiene, sabe o produce. ¿Te gustaría ayudar? Es tan fácil, aunque lo hemos enredado mucho. No se trata de irte a vivir a un jardín y comer flores, tampoco de iniciar una campaña internacional o unirte a una organización. Se trata de que compartas esperanza llamando al especialista en dar esperanza y recuperar lo “inservible”. Se llama Jesús, aunque tiene otros nombres en otros idiomas y culturas. Pero ten cuidado, no es el que tienen por allí cautelosamente clavado en una cruz, pienso que por temor a que se baje, ni al que  pintan como recién salido de un salón de belleza en películas,  tampoco al que venden los mercaderes de fe para llenar sus bolsillos y manipularte. Es quien dice “he aquí yo hago nueva todas las cosas” y “abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”. Creo que existe un Dios que ha señalado a Jesús para mostrarnos al experto indiscutible de recuperar las almas enmohecidas. Es el especialista en recuperar las almas en sus emociones, convicciones, pensamientos y afectos.  Quien te escribe agradece las llamadas que almas amigas han hecho en forma de oración, solidaridad, exhortaciones y consejos; apelando sencillamente al maestro de las emociones, al especialista para restaurar. Estoy agradecido por haber entendido que en la vida vamos siendo salvados de tantas formas y maneras, pero es el rescate del alma el más importante, y en eso la verdadera autoridad es mi amigo Jesús. ¿Lo conoces? Es fácil, solo debo buscar sus palabras en mi vieja biblia, meditarlas, confiar en sus promesas y vivir conforme a su armonía con el Dios Eterno, llegar a pensar, hablar y actuar como él. Haciendo esto podemos esperar ver algo maravilloso: la renovación del ser. En la primera historia que te conté el joven termina manejando, feliz, su auto, junto a su madre y hermana. Quiero terminar la segunda recordando lo que el padre dijo a su hijo mayor en la parábola del hijo prodigo: “es necesario hacer fiesta porque este hijo mío se había perdido…y ha sido encontrado”. Me gusta pensar en un Dios que celebra ver restaurado lo que había sido diagnosticado causa perdida, un amor que no se cansa de esperar lo mejor de nosotros, pues contamos con su especialista. Feliz día

lunes, 20 de octubre de 2014

TU REFRIGERIO ESIRITUAL DE HOY: VOLVER A REIR

Volver a reír 
Por José Gil.
Estaba conversando sobre el entusiasmo cuando una de las personas presentes me compartió una frase que atesoro con especial agradecimiento a la vida: “José va a ser eterno”. Ante mi solicitud de aclarar semejante expresión nos compartió que su hija le había dicho eso, luego de haber escuchado en un programa de ciencia que la medicina moderna sugiere que reír 15 veces puede agregar 1 día de vida. En ese punto los presentes reímos y yo di silenciosas gracias a Dios por haberme provisto de un entusiasmo que ha sido fiel compañero a través de días despejados y tormentosos. Según William Fry, psiquiatra estadounidense, 5 minutos de risa equivalen a 45 minutos de ejercicio ligero, asunto que me parece fascinante. Pensando en momentos de los que poco o nada feliz puedo decir vino a mi mente un pasaje de mi vieja biblia: “Un corazón alegre es como una buena medicina, pero un espíritu deprimido seca los huesos”, Proverbios 17:22. Fíjate en algo interesante: la alegría es medicina. Es fácil reír cuando las cosas marchan conforme a nuestros planes y deseos, pero cuando la adversidad aparece son muchos los corazones que sucumben ante la tristeza, amargura o el dolor. En el otro extremo encontramos a quienes ríen del mal o dolor de otros y, en muchos sentidos, el humor, para muchos, se ha convertido en burla, lo que desdibuja la dicha de una sana alegría y siembra raíces de odio entre el burlón y el burlado. Incluso hay quienes ríen ante bromas que destacan violencia, ilegalidad o inmoralidad. En otros casos, la vulgaridad ha sustituido a la alegría. ¿La diferencia? Aquella degrada, esta edifica. Entonces, pensando en los momentos de los cuales es difícil reponerse en la vida, y en la medicina que constituye la sana alegría, quiero compartirte esto: existe algo bueno por lo que aun vale la pena levantarse y luchar, con entusiasmo, con alegría, con fervor y con el alma encendida. Puede que estés enfrentando la tragedia o la incertidumbre en este momento, pero la alegría solo está esperando que la invoques para sanar tus emociones. Empieza hoy, sal del letargo de la tristeza recordando que eres un alma única a la que Dios ama profundamente. Conozco a tres mujeres cuyas parejas fueron asesinadas, dos de ellas debieron ser sometidas a intensos tratamientos y operaciones por cáncer y sus recursos financieros no eran precisamente holgados. Esas tres mujeres muestran un sentido de alegría y entusiasmo por la vida que tantos quisieran poder disfrutar….y pueden, pero necesitamos darnos la oportunidad de reencontrar la sencillez en la cotidianidad. Existen estudios que sugieren que los niños a los 6 años ríen unas 300 veces por día; pero un adulto lo hace entre 15 y 100. ¿Qué es lo que nos ha pasado? Nos hemos dejado robar la alegría, deprimidos por extender nuestro propio dolor; y nos hemos dejado engañar por quienes venden risas sobre la burla o la degradación del ser. Jesús mismo tuvo momentos para llorar al saber que un amigo había muerto y ante la insensibilidad y maldad de sus paisanos en Jerusalén, pero sus palabras resaltantes para sus amigos fueron “ustedes están tistes ahora, pero nos volveremos a ver y nadie les quitará esa alegría”. La tristeza y la depresión agitan y envejecen, literalmente, a la persona, mientras que la alegría sana, rejuvenece. Estoy convencido que los niños disfrutaban la compañía de Jesús porque su personalidad les era grata, era otro niño, uno que supo distinguir la responsabilidad de ser adulto sin dejarse robar el brillo de la niñez. Me causa risa las demagógicas propagandas electorales típicas de mi cultura, en las que el político habla sobre rescatar o salvar a los “niños pobres”, mostrando de fondo a niños en un barrio o barriada deprimida. Lo curioso es que, por lo general esos niños están corriendo y riendo…me pregunto quién necesita ser realmente rescatado. En este día quise compartirte que las noticias de sucesos y las tendencias financieras no parecen dar muchos motivos para reír, pero un alma que camina en armonía con Dios y se nutre de esa relación para el contentamiento y el entusiasmo, ha encontrado el secreto de la eterna juventud, con la cual su cuerpo puede envejecer y, eventualmente, apagarse, pero su alma siempre brilla, sabiendo que vale la pena volver a reír si vamos tomado de la mano con Dios. Feliz día.