Volver a reír
Por José Gil.
Estaba conversando sobre el entusiasmo cuando
una de las personas presentes me compartió una frase que atesoro con especial
agradecimiento a la vida: “José va a ser
eterno”. Ante mi solicitud de aclarar semejante expresión nos compartió que
su hija le había dicho eso, luego de haber escuchado en un programa de ciencia que
la medicina moderna sugiere que reír 15 veces puede agregar 1 día de vida. En
ese punto los presentes reímos y yo di silenciosas gracias a Dios por haberme
provisto de un entusiasmo que ha sido fiel compañero a través de días despejados
y tormentosos. Según William Fry, psiquiatra estadounidense, 5 minutos de risa
equivalen a 45 minutos de ejercicio ligero, asunto que me parece fascinante.
Pensando en momentos de los que poco o nada feliz puedo decir vino a mi mente
un pasaje de mi vieja biblia: “Un corazón
alegre es como una buena medicina, pero un espíritu deprimido seca los huesos”,
Proverbios 17:22. Fíjate en algo interesante: la alegría es medicina. Es fácil reír
cuando las cosas marchan conforme a nuestros planes y deseos, pero cuando la
adversidad aparece son muchos los corazones que sucumben ante la tristeza, amargura
o el dolor. En el otro extremo encontramos a quienes ríen del mal o dolor de
otros y, en muchos sentidos, el humor, para muchos, se ha convertido en burla, lo
que desdibuja la dicha de una sana alegría y siembra raíces de odio entre el burlón
y el burlado. Incluso hay quienes ríen ante bromas que destacan violencia, ilegalidad
o inmoralidad. En otros casos, la vulgaridad ha sustituido a la alegría. ¿La
diferencia? Aquella degrada, esta edifica. Entonces, pensando en los momentos
de los cuales es difícil reponerse en la vida, y en la medicina que constituye
la sana alegría, quiero compartirte esto: existe
algo bueno por lo que aun vale la pena levantarse y luchar, con entusiasmo, con
alegría, con fervor y con el alma encendida. Puede que estés enfrentando la
tragedia o la incertidumbre en este momento, pero la alegría solo está
esperando que la invoques para sanar tus emociones. Empieza hoy, sal del
letargo de la tristeza recordando que eres un alma única a la que Dios ama
profundamente. Conozco a tres mujeres cuyas parejas fueron asesinadas, dos de
ellas debieron ser sometidas a intensos tratamientos y operaciones por cáncer y
sus recursos financieros no eran precisamente holgados. Esas tres mujeres
muestran un sentido de alegría y entusiasmo por la vida que tantos quisieran poder
disfrutar….y pueden, pero necesitamos darnos la oportunidad de reencontrar la
sencillez en la cotidianidad. Existen estudios que sugieren que los niños a los
6 años ríen unas 300 veces por día; pero un adulto lo hace entre 15 y 100. ¿Qué
es lo que nos ha pasado? Nos hemos dejado robar la alegría, deprimidos por extender
nuestro propio dolor; y nos hemos dejado engañar por quienes venden risas sobre
la burla o la degradación del ser. Jesús mismo tuvo momentos para llorar al
saber que un amigo había muerto y ante la insensibilidad y maldad de sus
paisanos en Jerusalén, pero sus palabras resaltantes para sus amigos fueron “ustedes están tistes ahora, pero nos
volveremos a ver y nadie les quitará esa alegría”. La tristeza y la depresión
agitan y envejecen, literalmente, a la persona, mientras que la alegría sana,
rejuvenece. Estoy convencido que los niños disfrutaban la compañía de Jesús
porque su personalidad les era grata, era otro niño, uno que supo distinguir la
responsabilidad de ser adulto sin dejarse robar el brillo de la niñez. Me causa
risa las demagógicas propagandas electorales típicas de mi cultura, en las que
el político habla sobre rescatar o salvar a los “niños pobres”, mostrando de
fondo a niños en un barrio o barriada deprimida. Lo curioso es que, por lo
general esos niños están corriendo y riendo…me pregunto quién necesita ser
realmente rescatado. En este día quise compartirte que las noticias de sucesos y
las tendencias financieras no parecen dar muchos motivos para reír, pero un
alma que camina en armonía con Dios y se nutre de esa relación para el contentamiento
y el entusiasmo, ha encontrado el secreto de la eterna juventud, con la cual su
cuerpo puede envejecer y, eventualmente, apagarse, pero su alma siempre brilla,
sabiendo que vale la pena volver a reír si vamos tomado de la mano con Dios.
Feliz día.
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