domingo, 29 de marzo de 2015

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: ¿Tiempo final?

¿Tiempo final?
Por José Gil
Esa tarde fui a visitar una iglesia cuyo portal anunciaba celebrar una reunión en idioma español. Por llegar temprano pude observar a quienes preparaban la actividad: sonido, luces, decoración. Unos minutos más tarde comenzaba formalmente una música que, de inmediato, me hizo recordar la escuchada en otros lugares. Promesas de un futuro mejor y un gobierno de amor en el planeta eran base de ritmos que incitaban primero a bailar y, paulatinamente, lo emotivo. Unas semanas antes había visitado otro grupo en su tiempo para leer y orar, un ambiente sosegado, donde también se mencionaba un tiempo venidero cuando el mundo estará mejor. Al parecer es algo común, en distintas comunidades religiosas, la predica sobre “un futuro mejor” y un orden mundial establecido según principios “divinos”. ¿Orden divino? ¿Esperamos un futuro mejor? Es un tema espinoso, sobre todo porque entre religiosos de oficio que han monopolizado una versión “oficial” y las supersticiones y sandeces que Hollywood -y afines- incluyen en películas apocalípticas, han dividido la cultura occidental en dos bloques: los que esperan un gobierno eco-religioso terrenal color de rosa y, en otro extremo, los que anuncian batallas entre ángeles y demonios en un holocausto apocalíptico. Sin pretender dar respuesta al tema escatológico (estudio de los tiempos finales) quiero decirte algo con la serenidad que da la certeza: si creemos la mitad de lo leído en la Biblia sabremos que la humanidad se enfila a tiempos en los que la degradación y violencia pondrán en estado de sitio al amor, fe, y esperanza. Muchos acontecimientos dejan ver a los jinetes apocalípticos. Focos de guerra promovidas por ambiciones de poder político, económico y religioso. Hambrunas, desplazados y refugiados que superan los 1000 millones de almas, a lo que deberemos sumar las predicciones de la ONU sobre reducción de fuentes de agua potable, a la cual 40 de cada 100 personas en el planeta no tendrán accesos en un par de décadas. Enfermedadesque amenazan con crear agresivas pandemias. El cambio climático y el surgimiento de nuevas forma de conductas anárquicas en latitudes que pensábamos se habían pacificado. La reaparición de nuevos mesías que ofrecen salvar a la especie a cambio de subvertir el poder tradicional e imponer uno nuevo, que termina siendo reciclado. En conjunto, estos elementos pronostican que ciernen tormentas sociales a escala mundial. No deja de ser interesante que la Biblia menciona tiempos finales impregnados de guerra-pandemias-hambre-muerte a escala sin precedentes, con mercaderes de esperanza auto proclamándose salvadores. ¿Te intimida? Puede que estés pensando no seguir leyendo y que José te envió hoy unas líneas “infelices” o raras. Ayer, el capitán de un vuelo en la ruta Barcelona-Dusseldorf dirigió unas sentidas palabras a sus pasajeros, no desde su cabina, sino frente a todos. Terminó compartiendo la esperanza de abrazar a su familia esa noche al terminar el viaje. Un emotivo silencio, seguido de aplausos, recordando que un colega había estrellado deliberadamente el vuelo de la misma ruta 72 horas antes, truncando la vida a 149 almas. ¿Cuál parte de la historia abrazas, la trágica o la esperanzadora? Tú decides. ¿Estamos acercándonos al tiempo final? Si es así ¿Qué parte de la idea abrazas, holocausto o esperanza? Nuestro final, bien individual o colectivo, puede no ser asunto inmediato, pero si inminente. Jesús dijo a sus seguidores “vuestro tiempo de morir es algo latente” Juan 7:6. Tal realidad no debe ser tomada como trágica sino un llamado de atención sobre la actitud con que vivimos. Muchas personas han enfrentado realidades con ingredientes apocalípticos; sin embargo, han abrazado la esperanza. ¿Su secreto? Han creído ser hijos de Dios, luz y sal de la tierra. Las religiones no han podido someterles, el fanatismo no ha logrado invadirles, filosofías no pudieron confundirles, partidos políticos no pudieron manipularles, ejércitos no han podido apagar sus voces, tragedias no han vencido su esperanza. Han sido almas libres enfrentando al mal con bondad, su fuerza no ha sido fiera sino sabia, su voluntad no ha sido la de imponerse a otros sino resistir la adversidad, se han mantenido erguidos en lo que debieron parecerles tiempos finales…y para muchos lo fue, de hecho. La violencia jamás les arrastró a la venganza, el hambre no fue excusa para robar o matar, sus enfermedades fueron enfrentadas con dignidad de almas en conexión con Dios, y la muerte misma llegó a encontrarles entonando cantos de esperanza y victoria. La naturaleza de algunos de nuestros con-generes muestra una asombrosa capacidad para pervertir logros alcanzados con gran esfuerzo (basta recordar que los mismos postulados de Dalton que llevaron a algunos a concebir la llamada “medicina nuclear” hayan sido usados por otros para crear la “bomba nuclear”). A pesar de eso, siempre han existido aquellos cuya naturaleza les hace ser luz cuando la tiniebla ha tratado de invadirles. Almas que nos recuerdan que, aunque no pueda evitar que el sistema de valores imperante esté llevando al planeta a una calle ciega, puedo evitar ser invadido puertas adentro del ser. ¿Has considerado lo que enfrentó Jesús? El poder religioso, político y social se confabularon para deshacerse de aquel molesto libertador de almas. ¿Lo lograron? En mi caso fracasaron, en el tuyo….tú decides. Nombres como Nerón, Domiciano, Atila, Bonaparte, Hitler; destacan entre los artífices de anarquía y crueldad; pero la historia también se ilumina por nombres refulgentes: Jesús, Pablo, Juan, Fanny, Teresa, sin contar tantos “anónimos” cuya luz se mantuvo encendida cuando la oscuridad parecía haber ahogado las que había afuera. ¿Tiempo final? ¿Te asusta? Creo que estamos escribiendo las primeras páginas del epilogo, pero eso no debe sorprenderme ni asustarme, pues ya había sido alertado al respecto. Puede que uno de estos días se acelere la historia hacia profundos conflictos mundiales, finales…puede que no. En todo caso, la idea de un futuro mejor se alimenta porque mi alma está conectada con lo Divino, no porque piense que las condiciones de vida del planeta van a mejorar. El mensaje central para los tiempos finales es que el conflicto más cruento entre el bien y el mal se está librando por la conquista de mi alma, y en eso yo tengo la decisión final. Aunque llegue el tiempo cuando, afuera, la maldad se imponga; mi alma está destinada a triunfar. Los tiempos parecen acortarse, pero la luz de mi alma sigue encendida…soy un vencedor y llamado a vivir sin temor. Feliz día.

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: Los del camino

Los del camino
Por José Gil
Ir a la farmacia a buscar remedio para el malestar de gripe y una despensa casi vacía fueron excusas perfectas a mi desgano de cocinar esa mañana, decidiendo salir a desayunar y pasar por la farmacia. Abrigado de arriba abajo me dirigí al centro del pueblo, pensando en un par de sitios que sirven “especiales” matutinos dominicales. Sin prisa, para evitar alterar la tos, y a la vez tratando de no exponerme prolongadamente al frio, salía de una de las calles angostas cercanas a la estación del tren cuando vi aquella pareja, preguntando a otro caminante con morral en espalda, a quien pude escuchar decirles que no podía ayudarles; respuesta común en una cultura de “hágalo usted mismo”. En aquella hora y día de la semana muy pocas personas salen a caminar por el centro, en especial cuando el clima invita a seguir en cama. Al alejarse el otro caminante observé la sonrisa como saludo y que los ojos del anciano se pusieron sobre la única alma que se acercaba. Me detuve ante el par de visitantes, quienes lucían como viajeros de la tercera edad en un pueblo desconocido. Deseaba ayudarles, aunque siendo visitante, dudaba poder darle direcciones; pero algo podía hacer: saludar y decirles donde preguntar. Sabía dónde estaba la oficina de información al visitante…porque había estado allí. La gentil pareja había viajado desde Suiza y con la cordialidad de quien pide ayuda sin desear incomodar, esperanzado en recibirla, su primera pregunta fue sobre el idioma. En Suiza hablan oficialmente cuatro idiomas, pero ninguno corresponde al de la nación que estaban visitando. La buena noticia para ambos fue que estaban preguntando a un visitante con quien podían hablar en inglés. ¿Te das cuenta? Pudimos comunicarnos, no en nuestra lengua original sino en una común a ambos. Buscaban la dirección del museo de artes, y me alegré, en eso podía ayudarles pues yo lo había visitado unos días antes. Mi forma de pronunciar el nombre del museo y la calle (Maurithuis, Plein) me delataba extranjero, pero podía guiarles pues había estado allí. Empecé a explicarle que estaban en un sector del centro donde no había buenas señales, y aunque las hubiese eran difíciles de entender (todos reímos) pero que debían tomar primero una cuadra al Oeste y…entonces, algo me detuvo de seguir dándoles un mapa hablado y movió a sugerirles: Si aceptan caminaré con ustedes hasta donde puedan ver el museo. La expresión del rostro del hombre me hizo recordar esa mezcla de alegría y alivio que he sentido cuando, en tantas oportunidades, algún alma del camino me ha ayudado a encontrar el mío. Las cuadras que caminamos, a paso de quien va sin prisa, fueron escenario para compartir sobre nuestros orígenes y razones para estar allí, además de algunas risas…cual niños que se encuentran –momentáneamente- en un parque en el que esperan haya espacio y diversión para todos. Unos minutos más tarde la plaza del centro dejaba ver aquella edificación, casa de algún notable en 1641, llegando a ser museo e icono de Holanda y referencia mundial. Al momento de despedirnos la dama sonreía y el anciano puso su mirada sobre mí para pronunciar unas palabras que procuraré recordar siempre “que la vida le permita alcanzar todos sus sueños”. Música que inundó mi alma y empañó mis ojos, al recordar que hemos sido diseñados para dar de gracia lo que de gracia recibimos, y entender que cada encuentro tiene su historia y propósito para quien mantiene abiertos los ojos del alma. Les vi encaminarse a su destino, y yo miré hacia un lugar cercano donde empezaban a disponer mesas para desayunar. Momentáneamente había olvidado aquella molesta gripe, química entre estados emocionales y el cambio de estación. Quise compartirte esta cotidianidad como recordatorio que la vida asemeja un camino, a cuyo paso tenemos la oportunidad de compartir; algunas veces para dar y otras para recibir, recordatorio que en asuntos aparentemente pequeños percibimos un sentido de propósito de vida, que somos privilegiados cuando podemos apoyar a otros en el camino, recordatorio que podemos mostrar nuestra relación personal con Dios en la forma en que nos relacionamos con las otras almas del camino. ¿Sabes cómo llamaron a los primeros seguidores de Jesús? Antes de acuñar el término “cristianos”, antes que Constantino hiciera su conveniente declaración de fe, antes que las oraciones fueran tarifadas, antes de trucadas apariciones para someter a nuestros antepasados, antes de matar a otros en nombre de Dios, antes de las cruzadas, la inquisición y tantos otros aderezos con los que mercaderes de fe han sazonado; los primeros seguidores de Jesús fueron llamados “Los del camino”. ¿Sabes? Los estudiosos no mencionan alguna causa única para que los llamasen así, pero lo cierto es que se les encontraba por los caminos cotidianamente, y cualquiera que se cruzaba con ellos no se iría sin una palabra de vida, un testimonio edificante, un trozo de pan, una cobija para calentarse, una sonrisa, o un abrazo fraterno. Sus vidas habían entrado en contacto con lo Divino, nunca volvieron a ser las mismas. Puede que no supieran mucho sobre teología ancestral ni leer la escritura antigua de la ley…pero los del camino conocían “el camino”, y en su cotidianidad mostraron la forma en que Jesús vivió así como el impacto que produjo en sus vidas. Su forma de hablar ya no era la que originalmente aprendieron y su forma de vivir tampoco volvió a ser la misma. Hoy, y para cerrar estas líneas, te animo a considerar que hay almas a tu alrededor buscando camino en su vida, y la modernidad parece ofrecerle tantos que de lejos parecen “buenos”…pero el alma sigue buscando la armonía y paz para la que un hombre llamado Jesús vino a mostrar la dirección de encuentro. A esas almas que buscan puedes enviarles a algún otro sitio u organización o hasta religión, quizás decirle que no puedes ayudarles, pero te animo a que camines con ellos mostrándoles el Jesús en tu vida, comparte, disfruta el recorrido, déjales ver que eres un visitante igual a ellos que desconoce tanto sobre la vida pero conoces el camino porque lo has transitado. Hoy, tú y yo, podemos libre y gratuitamente ser los del camino para quienes buscan camino en este tiempo de tantas preguntas y propuestas a las almas. Piénsalo, decide…y actúa, las arenas del tiempo van menguando. Feliz día.

domingo, 15 de marzo de 2015

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: SIN PÁNICO

Sin pánico
Por José Gil
Salí del apartamento para ir a mi sitio de trabajo y al entrar al ascensor saludé a una vecina quien bajaba con su hija. Apenas se hubo cerrado la puerta se produjo un ruido fuerte y en fracciones de segundo percibí lo que acababa de pasar…la guaya se había roto. El cajón inicio un descenso que no debe haber durado 2 segundos, pero fueron decisivos para las tres almas allí congregadas. La dama emitió un grito instintivo al que se hizo eco su hija, y por mi mente cruzó la idea de que la caída iba a ser dura. Una frase fue emitida “sin pánico, sin miedo”. Hubo un silencio, no sé si fue más el resultado de las palabras que acababan de salir de un hombre enfrentando su propio miedo, o porque el ascensor se había detenido en seco, como halado desde arriba. Luego supe lo que había pasado….el freno de seguridad nos había salvado de lesiones o algo peor. ¿Alguna vez sentiste pánico? Es un miedo magnificado a niveles que generan alta presión física y mental, normalmente resultado de percibir peligro en forma súbita. Dos cosas importantes que han concluido los estudiosos de la conducta: el pánico paraliza y, segundo, su aparición tiene más que ver con la condición del alma que con la amenaza externa. ¿Sabías que la palabra pánico tiene su origen en una deidad llamada “pan” cuyo objetivo era asustar a las almas sorprendiéndolas? De modo que, tradicionalmente, el pánico es…un enemigo espiritual. Pensaba en esto cuando recordé la historia de cierto hombre que se acercó a Jesús para pedirle fuera a ver a su hija de 12 años, quien estaba gravemente enferma. No sé cuánto tiempo le habrá tomado encontrarle, pero cuando ya venía a su casa con la persona en quien estaba su esperanza, llegaron sus conocidos con la noticia “tu hija murió, ya no molestes al Maestro”. ¿Alguien dijo “pánico”? Una cosa es teorizar o narrar una historia sobre un susto mayor en un elevador defectuoso, pero… “tu hija murió” ha de ser un paralizante para cualquier alma. Trato de imaginar aquel padre paralizado, con un tornado de pensamientos, sin poder moverse posiblemente, mirando a su ayudador pero sin poder pronunciar palabras. Es entonces cuando el hijo del hombre expresa lo que considero la fuente de la que brota el triunfo sobre el pánico: “no tengas miedo, sigue creyendo”. Marcos 5:36. No dejes que el miedo te paralice, sigue caminando a casa, no dejes que el dolor ni la muerte minen tu corazón de desesperanza….me buscaste y hallaste, me invitaste a acompañarte y aquí voy contigo…no te dejes vencer….yo voy a tu lado….sigue aunque parezca que vas a enfrentar la realidad aparentemente más dolorosa que hayas alguna vez atravesado…sigue caminando que yo voy contigo. Ante la tragedia inesperada el alma quiere paralizarse por el miedo hecho pánico. ¿Sabes cuál es la expresión más repetida por Jesús a sus seguidores? “No tengas miedo”. Ahora te pregunto, ¿Sientes que te asalta el pánico? ¿Llegas a la esquina de tu casa y ves tendido el cuerpo de un ser amado, víctima del hampa? ¿Tu medico acaba de notificarte que tu vida camina la cuerda floja? ¿Perdiste tu trabajo en medio de una crisis económica? ¿Tu matrimonio termina? ¿Te acusan injustamente de cometer un crimen? ¿El ascensor de la vida parece irse abajo porque su guaya principal se desprendió? Conozco personas que han vivido algunas de esas vivencias y han enfrentado el miedo con una armadura de confianza en que Jesús camina a su lado, alentándoles a seguir caminando también. Déjame decirte algo: las palabras de la vida para ti -y para mí- siguen siendo las mismas: no tengas miedo, sigue creyendo, sigue confiando, sigue avanzando y vence al miedo. Jairo llegó a su casa, en la que todos lamentaban y lloraban la tragedia. Ese día una niña de 12 años fue restaurada a la vida y me pregunto cual habría sido el resultado si aquel hombre, vencido por la desesperanza, hubiera dicho a Jesús que ya no importaba, que lo dejara así, que quería llorar a solas, que no tenía esperanza. Nosotros decidimos si escuchamos las palabras del Maestro de la vida. Si puedes mantener tu confianza en que la vida exige avanzar, combinando la voluntad propia y la compañía Divina verás milagros. No me refiero necesariamente a resurrecciones físicas, pero si al milagro del alma que alcanza la conquista más importante de la vida, la de su propio miedo. Hoy es un día para seguir caminando, a pesar de que muchos puedan estar diciéndonos “ya no vale la pena”. Sigue caminando, el dador de vida te acompaña. Feliz día.