viernes, 20 de septiembre de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: UN PUENTE ANGOSTO LLAMADO SOLEDAD

UN PUENTE ANGOSTO LLAMADO SOLEDAD
Por José Gil
¿Alguna vez sentiste que eres un alma solitaria sentada a la orilla de la vida? ¿Conoces esa sensación de estar sin brújula para navegar un océano? ¿Querer expresar algo y sentir que nadie te ve o poco importa? Entonces te ha tocado cruzar un puente angosto llamado soledad, que en diferentes motivos, y por diferentes razones, enfrentamos en la vida.
Hacía unos días que un colega, con quien tomaba un rico café turco, me había advertido “ten iniciativa, en este país dependes de ti”. La noche anterior mi amigo Obay, encargado de mi sitio preferido para cenar, me había dicho con tristeza que los sirios no eran muy bien visto en este país últimamente. Pensé la circunstancia de estar en un país lejano, desconocido, en un entorno cultural y social diferente, en un ambiente civil impredecible, y ocasionalmente no saberse bienvenido. Pero la siguiente mañana, cuando salí del ascensor camino a iniciar un día de trabajo, el empleado en recepción me sorprendió con un “Buenos días”, apenas le había contestado vi a quien creo es jefe de cocina y me lanzó un cordial “good morning” y, al cruzar la puerta de salida, un trabajador me saludaba “sabah el kheer”. Estas personas con quien he compartido algunos espacios y tiempo brevemente me permitieron apreciar dos opciones para enfrentar algunos momentos en la vida: sentarme a lamentar la soledad o cruzar el puente que sale de ella...paso a paso.
Mi puente: Me parece que la soledad es como un puente angosto que solo se puede cruzar caminando, pero algunas veces me he sentido paralizado. Otras veces pensé hasta en saltar con tal de salir rápido de momentos o circunstancias. He salido de muchos cuartos de hospitales, y no siempre con buenas noticias. He estado en muchos sepelios de gente amada, y relaciones personales o trabajos que ayer parecieron inamovibles, quedaron atrás. Esa mañana, esas personas, con su saludo a un desconocido, aunque un alma semejante a ellos, me recordaron que hasta en un aparente mar de soledad puedo y debo cruzar mi puente angosto para alcanzar el otro extremo en este emocionante camino a casa que llamo vida.
Los puentes de otros: ha venido a mi mente una de tantas frases de Ernesto Sábato, insertada en su libro “La Resistencia”, inseparable en mis viajes: “El hombre se expresa para llegar a los demás, para salir del cautiverio de su soledad”. La soledad es vencida cuando permito a mi alma salir de mi auto-aislamiento, de mi auto-compasión, para expresarme, para abrazar a todas las otras almas en un solo abrazo, pero sobre todo, para estrechar la mano extendida de mi compañero del camino, quien cada día me dice “no estás solo José, tu soledad es producto de no expresar el deseo genuino de tu alma, y eso lo vas a experimentar mirando a tu equipo de futbol en el Camp Nou o mientras tomas agua en una remota choza en la Guajira venezolana”. La soledad es un puente que requiere ser cruzado, y para eso necesito romper mi propio silencio y expresar lo que Dios ha puesto en mi alma. ¿Cuántos pintores y escritores están solos porque aún no han tomado el pincel o la pluma? ¿Cuántos senderistas de alma están solos porque temen salir de una oficina y dejar un hábito de vida que nutre su cuerpo y seca su alma? Es interesante que según el Génesis Dios dijo “no es bueno que el hombre esté solo”, cuando Jesús se despedía de sus amigos les dijo una frase que me cautiva “no los dejare solos, les enviare un compañero para el camino”. Incluso sobre gente tocada por Dios en la historia se escribió que “anduvieron por los desiertos, solos, errantes, de los cuales el mundo no era digno”. La soledad puede que sea mejor aprovechada para escuchar lo que el alma nos dice, en especial cuando hemos estado aletargados demasiado tiempo. ¿Cuántos que en este mismo momento están a punto de saltar para aligerar la salida a su soledad lo que necesitan es extender su mano y tocar la de Dios, y por ende la de sus semejantes, para entender que hemos sido diseñados para compartir? Los desolados, abatidos, amargados del camino, son personas paralizadas en el puente de la soledad, y solo ellos pueden decidir cruzarlos, salir del cautiverio de la soledad es una decisión y acción personal.
Siempre acompañados: ¿Sabes dónde se originó la creencia de que existe UN SOLO DIOS, que hasta hoy honran las tres más numerosas religiones monoteístas? En el desierto, donde el alma, en apariencia solitaria, se conecta con un sentido del infinito que dudo poder explicar en unas pocas líneas. Fue en un lugar de profunda soledad donde Dios se dio a conocer en forma personal a Moisés. El llamado apóstol Pablo pasó la mayor parte de su vida en cautiverio, y en lugar de sentarse a lamentar sus cadenas escribió cartas que, si bien es cierto han sido manipuladas por mercantilistas de la fe, también han alentado y guiado a salir de cautiverio a millones de almas en la historia. En su libro “El largo camino hacia la libertad” Nelson Mandela rememora una vida de persecución y su cautiverio de 27 años, parte de ellos en total aislamiento, pero cuando salió de cruzar ese puente angosto, este extraordinario líder resistió el natural llamado a la venganza para enseriar a una nación al borde de la guerra civil que para vencer la soledad primero hay que vencer el miedo y abrazar la coexistencia. Hoy enfrenta posiblemente su último puente angosto, y lo hace con la dignidad de un verdadero guerrero no la de un esclavo sometido. ¿Has notado la valentía de Jesús frente a sus enemigos? Ese valor lo adquiere el alma que ha entendido que no camina sola a casa…
Me asombra lo que un alma, tan pequeña y aparentemente sola y frágil, alcanza cuando decide caminar cada paso de salida desde su puente angosto…entendiendo que el extremo que le libera está más cerca que lo que ya se dejó atrás. Fe, esperanza, nutridas de un amor que Dios puso en las almas para que sea cultivado en contacto con nuestros semejantes. ¿Te sientes solo? Toma la iniciativa, cruza tu puente, y anima a otros a cruzar el suyo. Estoy agradecido porque un breve saludo en otros idiomas y rostros pasajeros en mi camino me recuerdan que puedo estar solo incluso rodeado de muchos conocidos, pero también sentirme acompañado aunque nadie me sonría. La clave está en dejar a mi alma expresar aquello que Dios puso en ella, empezando por amistad y compañerismo con El, manteniendo mi mano extendida a favor de mis semejantes y recordando que camino a casa habrá puentes angostos, pero son solo tramos para alcanzar el otro extremo y continuar. Feliz día, alma cruzadora de puentes…

miércoles, 4 de septiembre de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: El poder de la palabra

El poder de la palabra

¿Te has dado cuenta que se han hecho común los comentarios que menosprecian las palabras para darle peso a las acciones? Por causa de tantas palabras sueltas o dichas por las voces de la maldad, la desilusión nos hace pensar que conviene preferir ver acciones y oír menos palabras; el “muéstrame” es la moda, el “dime” es considerado anticuado. Esta conducta puede tener sentido práctico, pero también un error.
Jesús dijo "el que tenga ojos vea, el que tenga oídos oiga". Me parece se refería a eso, poner atención a los hechos y las palabras...pero...en combo. Pero fíjate que invita a las dos cosas, no solo mirar acciones sino a las palabras también. Las palabras tienen un poder capaz de concebir acciones, motivarlas, potenciarlas. Estoy convencido que las grandes acciones tienen su origen en una frase, una palabra, un consejo, escuchado o leído en el momento en que el alma descorre el velo del miedo, de la ignorancia, de la incertidumbre. Es entonces cuando se atreve a hacer lo que antes le parecía imposible e impensable. Una sola imagen, una acción, puede hacer pedazos muchas palabras y sueños...pero la vida se trata de seguir deseando, y transmitir esos anhelos en las palabras adecuadas que, dichas en el momento adecuado, pueden transformar a una persona, una nación...al mundo.
¿Han leído el discurso de Martin Luther King el 3 de abril de 1968? en Memphis, Tennessee... se me eriza la piel al escuchar el audio…"he visto la tierra prometida, y puede que yo no entre con ustedes a esa tierra, pero estoy convencido que nosotros, como pueblo, entraremos a la tierra prometida". Lo dijo refiriéndose a los sueños de justicia social de los “negros” en Estados Unidos...aquellas palabras dejaron a Washington boquiabierta, algunos congregados allí lloraron de entusiasmo y esperanza, ese día el mundo cambio porque un hombre -con todas las implicaciones de nuestra especie- emitió poderosas palabras que fecundaron en almas para convertirlas en acciones. Puede que no lo sepas, pero al día siguiente el Dr. King fue asesinado. Han pasado 45 años, y aun se escucha el eco de lo que poderosas palabras, dichas cuando las almas están sedientas, pueden lograr...el resto depende de la voluntad del alma que ha escuchado. El que tiene oídos, que oiga, como decir, si estas poniendo atención haz algo al respecto.
¿Por qué te comparto esto? Porque deseo recordarte que hay poder en las palabras, para construir o destruir. Muchas maldiciones fluyen de las almas destructoras. Pero las que fluyen de un alma constructora tienen el poder de cambiar actitudes, pensamientos, y…cuando el oído traduce hacia el ser interior…cambiar acciones para bien. Te animo a que tus palabras estén impregnadas de buenos deseos, de bendiciones, de buenos consejos y afirmaciones alentadoras que alejen la amargura de las aguas del alma. Verás cosas que te harán sentir que ya no hay gente de palabra y que estas carecen de valor, pero sí que lo tienen. Vale la pena seguir soñando y animándonos mutuamente con el poder de una palabra sazonada de amor, fe y esperanza. Feliz día.

domingo, 1 de septiembre de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: LIMPIANDO EL CAMINO

Limpiando el camino
Estaba caminando hacia la oficina, no muy lejos de la estación del tren en La Haya, poniendo precaución de respetar el semáforo para peatones, el paso de bicicletas, el del trolebús, los autos y las motocicletas. Todo eso es propio de una ciudad del llamado “primer mundo”, aunque novedoso para quien está más  acostumbrado al caos del tráfico venezolano. Me acercaba al cruce con una avenida principal, cuando me di cuenta que delante de mi iba caminando un hombre joven. Llevaba a la mano un largo bastón que movía de lado a lado para ubicar su camino…el joven era invidente. Llamó mi atención el movimiento incesante que hacía de su bastón de un lado al otro, y por su habilidad y constancia no tuvo ni un solo tropiezo con los arboles a su derecha, las personas en su entorno, los tubos de los semáforos, los desniveles para bajar de la acera a la avenida ni el paso sobre la jardinera. ¿Cómo? Usaba aquel bastón para identificar los obstáculos en su camino, antes de llegar a ellos y los evitaba. Puede que sin saber si se trataba de una persona u objeto…bastaba saber que era algo con lo que podía tropezar. Recordé a otras personas de similar condición en ciudades con menos respeto por la dignidad ciudadana, y aprecié su valor ante la vida sin poder ver. Vino a mi mente un pasaje que leí hace poco  “¿Con que limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”. Salmo 119:9. Lo que estas valerosas personas hacen con esos bastones es una analogía de lo que meditar en la palabra Divina puede dar a quien se acerca a ella: protección para el camino, prevención de tropiezos que dejan rodillas lastimadas o algo peor en el alma. La clave es prevenir el tropiezo. Solemos buscar consejo y consuelo en Dios cuando ya estamos caídos, y por supuesto que es provista ayuda y consuelo para levantarnos, pero estoy convencido que muchos dolores y angustias serian evitadas si usáramos la palabra no solo como vendaje a una herida sino como mapa, como el GPS para direccionar la vida. La idea de limpiar el camino no se refiere a los obstáculos que quedaron atrás, sino a los que están en el camino adelante, rumbo a casa. Otro Salmo dice “lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.  Es una forma poética de expresar que el consejo de Dios es una lámpara para alumbrar donde un viajero nocturno colocaba su pie y una lumbrera para ver su entorno, ambos salmos hablan de prevenir el peligro. Me recuerdan que el deseo de Dios para mi es prevenir mis caídas y, aunque está dispuesto a ayudarme a levantar, desea que las viejas cicatrices de caídas pasadas no se abran con nuevos tropiezos. La forma sabia de llevar la vida no es esperando caer para buscar consuelo en la palabra, aunque lo tendremos, sino aprender a caminar la vida usando el consejo Divino para identificar las cosas que pueden hacernos lastimar. Esos valientes invidentes que no se rinden en una sociedad diseñada por quienes pueden ver, me recuerdan que muchas cosas pueden ser imperceptibles a mi ojo espiritual, pero la voz de mi Padre me permite mantener despejado el camino, puedo caminar confiado pero siempre prudente. Feliz día.
José Gil.