martes, 16 de agosto de 2016

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: EL ALMA GENEROSA

El Alma Generosa
Por José Gil

Escuchaba a dos hombres exponiendo su punto de vista sobre cierta organización bajo sospecha de pagar sobornos en forma de donaciones con el fin de utilizar su influencia para recibir contratos por miles de millones de dólares. Ante el señalamiento del delicado asunto por parte de uno de aquellos hombres, denunciando un presunto acto de corrupción, el otro respondió apelando a un argumento que llamaría mi atención “…es una organización reconocida por estar haciendo contribuciones generosas a escala mundial…”. Acababa de tener un tempranero tiempo de meditación y conversación con Dios y, en especial, agradecía por un regalo de nuevo día de vida que me era dado. La vida, lo mismo que el amor, pertenecen a “la dimensión de lo milagroso” como dijera Sábato, y en mi alma atesoro agradecer ambos como gracia Divina. Quien da amor lo hace de lo que tiene en su ser interior, así como Dios da vida porque es su autor y fuente. Son almas generosas las que comparten y dan de su esencia, de sí mismos, de lo suyo. Esos eran mis pensamientos hasta apenas hacia unos minutos. Entonces oí esa frase en defensa de la generosidad y recordé que algunas cosas no andan bien en el sistema de valores de algunas personas. ¿Generosidad? ¿En verdad? Si yo aprovecho una posición de influencia o poder para estafar a una persona, una comunidad, una nación, ¿me hace generoso que luego “done” fruto de esa estafa como “caridad”? Si eso es generosidad, entonces aquel traficante de drogas, cuyo imperio criminal truncara la vida de miles de personas, fue un alma generosa porque construyera escuelas y “regalara” dinero a gente pobre. Si eso es generosidad Hitler fue generoso con los beneficiarios del despojo de bienes y asesinatos cometidos contra millones de judíos y otras nacionalidades entre 1939 y 1944. Si en mi sistema de valores generosidad es “dar” sin tomar en cuenta la procedencia de lo que se “regala” entonces debería sentir simpatía por Nerón repartiendo pan al populacho que colmaba el coliseo…pero habría que preguntar a los que salían a la arena su opinión de tal generosidad, no me refiero a los que portaban espadas sino a los que arrastraban cadenas. Habría que preguntar a los sobrevivientes del holocausto, habría que preguntar a los que son violentados por la “generosidad” de almas en apariencia “bondadosas” que buscan repartir lo que nunca labraron. Es fácil ser generoso con lo que no ha sido trabajado, es fácil ser generoso con 10 a quien ha robado o despojado a 100. Los secuestradores y sicarios regalan costosos juguetes a sus hijos y, algunas veces, donan dinero a la caridad del sector. La historia de los imperios bélicos es testimonio de los trágicos resultados de la generosidad nutrida de violencia y el despojo. La generosidad solo puede ser genuinamente concebida en almas que entienden haber recibido para compartir y no para despojar, para servir y no para dominar, para disfrutar unos y otros en lugar de disfrutar sobre la base de la miseria de otros. Pienso en aquellos que al momento de regalar hacían sonar el cuerno para que fuese notoria su generosidad, rememoro al hijo de aquel rey que regalaba dinero y consejos a la gente pobre del momento para ganar su favor y derrocar a su padre, pienso en tanto político que ante la aparición de una cámara de TV se transforma en un Robin Hood del siglo XXI. Ante lo sombrío de quienes maltratan la noble sencillez de la valerosa generosidad, viene a mi memoria una anciana cuyo rostro no conozco, pero llegaré a conocer sin duda, quien se acercó a entregar lo único y ultimo que tenia, posiblemente entendió que había otras almas con mayores carencias que las suyas, puede que haya decidido que su último esfuerzo humano lo haría a favor de otros, no lo sé. Lo que si se es que no alquilaron un equipo de sonido y video para promover su rostro, se que los influyentes de la época ni notaron su presencia, los religiosos no la invitaron y los políticos ni parpadearon al saber de su gesto…pero un hombre llamado Jesús la vio… “ella dio más que todos aquellos del alboroto…no dio lo que le sobraba sino de su propio sustento”. ¿Generosidad? Si, es una cualidad que nos fue dada por lo Divino, dar, compartir, disfrutar sabiendo que quien nos regala la vida es abundante y generoso. Cuando partimos de este mundo nos llevamos lo mismo que trajimos: nada. Cuanto hayamos compartido en es el mejor balance que podemos atesorar en nuestro paso por la vida y un anticipo de lo que plenamente disfrutaremos en nuestra próxima parada

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