miércoles, 31 de julio de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: El trabajo ¿Regalo o Castigo?

El trabajo ¿Regalo o Castigo?

Si hay un día cuando se percibe un ambiente rebosante de energía y entusiasmo es el viernes, derroche que dura hasta que, el domingo por la tarde, se avizora una tragedia: “mañana es lunes”. Que delicia terminar una jornada semanal y tener una pausa. Exceptuando lo dormido, pasamos más tiempo en el trabajo que en casa. ¿Cuál es nuestra actitud al trabajar? Hoy deseo compartirte sobre el trabajo desde una perspectiva espiritual.
Enfrentamos un problema social, nuestra generación tiende a desear el disfrutar sin trabajar. No se critica el confort que ofrece la tecnología u otros inventos, sino la actitud de menosprecio por asumir responsabilidades y la mezquindad en su cumplimiento. Hace algún tiempo leí el libro “El Placer de no trabajar”, de Ernie Zelinski, que orienta, en forma amena e inteligente, a disfrutar todo cuanto se hace, incluso en tiempos de jubilación. En contraste, una vieja canción popular decía que “el trabajo lo hizo Dios como castigo”, errada y trágica sentencia. La forma en que demasiadas personas trabajan deja ver que perciben a Dios como quien disfruta viendo al hombre retorcerse en la incomodidad de un castigo llamado trabajo. Cáncer social es el combo de pereza-ocio que asume al trabajo como un castigo.
El trabajo es una bendición para el ser humano, para quien ejecuta en su forma más artesanal hasta el más sofisticado. Hoy quiero compartirte que se puede y debe disfrutar este regalo, con responsabilidad, para nuestro sustento y con entusiasmo. No es broma, estoy escribiendo sobre el trabajo.
Con responsabilidad
En Génesis 2:15 he leído que el hombre fue puesto en el Edén “para que lo cultivara y cuidara”. El hombre aún no había roto el vínculo de compañerismo perfecto con el Creador, cuando se le dio un trabajo. Se le asignó fue una misión: administrar y cuidar lo creado. El trabajo primordial dado al hombre fue fecundar y cuidar lo creación. Esto muestra un principio, que Dios antes de cualquier otra cosa le asignó al hombre un trabajo, no creó a un ser para el ocio ni la pereza. Si hay algo peligroso para una persona es la inacción, el eludir o incumplir sus responsabilidades. En Lamentaciones 3:27 dice “bueno es para el hombre asumir sus responsabilidades desde la juventud”. No puedo imaginar a la primera pareja pateando a las tortugas, tirando piedras a las aves, o amargados por recoger las hojas y frutas del piso. Nuestros primeros padres, antes de recibir una recompensa, recibieron una  responsabilidad. Algunos esperan ese futuro trabajo que llegue y les enamore para hacerlo, pero puede que lo que necesiten sea ponerle cariño a lo que están haciendo ahora.
Para el sustento
Al referirse a los ociosos Pablo, el apóstol, escribió “quien no quiera trabajar que tampoco coma”, y enEclesiastés 3:13, dice “que el hombre coma, beba y disfrute el fruto de su labor”. Esas dos lecturas aclaran que el trabajo es la forma que Dios dispone para que el hombre se sustente y disfrute. Toda práctica social que menosprecia el trabajo honesto y responsable, pisotea el carácter con que fuimos forjados. Se le hace daño a una sociedad en la que se induce a sus ciudadanos a no esforzarse, a no trabajar, la parasitaria actitud del “vivo”, cuyo mérito es disfrutar lo que no ha trabajado. Quienes trabajan entendiendo que es un regalo de Dios para obtener sustento lo harán con diligencia y honestidad. Me gusta Colosenses 3:23 que dice “y cuanto hagan, háganlo con dedicación, como para Dios y no para los hombres”. Recuerdo la historia del carpintero que al momento de retirarse su jefe le pidió un último trabajo, una casa, que debía ser hecha con especial detalle y buen gusto. El carpintero estaba pensando en su retiro; de modo que hizo el trabajo con mediocridad, sin atención a los detalles. Cuando llegó el día de entregar la obra el jefe le dijo “la casa que has estado haciendo es mi regalo para ti, por tu esfuerzo”. El trabajo es un regalo del Creador para ayudar a forjar nuestro carácter, y nuestra sociedad sería distinta si más personas hicieran su trabajo con una actitud de gratitud a Dios.
Con entusiasmo
En Proverbios 22:19 dice “¿Has visto hombre entusiasmado en su trabajo? Delante de reyes estará, y no ante los mediocres”. Tres circunstancias a considerar: 1) Si mi trabajo es la base para mi sustento yo debería hacerlo con entusiasmo; entonces ¿a qué se debe tanta gente amargada que trabaja lanzando su frustración a sus semejantes? 2) Si me pidieran que entrevistara a una persona para una responsabilidad importante donde trabajo ¿Recomendaría a un ocioso que se escabulle para no trabajar o a alguien con el deseo genuino de cumplir una misión? 3) Si pudiera escoger entre un taxista grosero y amargado, y otro respetuoso y cordial ¿Cuál me llevaría a casa? Regresando de un viaje de Coro a Maracaibo, cerca de la hora “del burro”, bajo un inclemente sol de costa venezolana, había un punto de control militar. Detuve mi camioneta y baje los vidrios para una inspección de seguridad. Algo no pasó desapercibido, el guardia cantaba una alegre melodía y la reflejaba en su actitud. Su mirada recorrió el interior del auto, y los 4 pasajeros seguimos el recorrido, fue un grato e inusual encuentro con alguien que estaba disfrutando su trabajo. Oscar Wilde escribió “trabajar es procurar que una belleza ordenada nos rodee”, y son personas con esa perspectiva quienes dejan un legado laboral digno de imitar. Jesús, acosado por el ocio espiritual de los religiosos de su tiempo, dijo “hasta ahora mi Padre trabaja, y yo trabajo. Su misión para rescatar al hombre caído fue hecha con determinación y entusiasmo, enfrentó ingratitud y odio; sin embargo, cumplió su misión porque puso amor en cuanto hizo. El trabajo más importante en la historia de la humanidad fue hecho con una actitud muy distinta de la que predomina a nuestro alrededor.
Conclusión:
Para meditar antes de empezar la jornada de hoy. ¿Cómo estoy desempeñando mi trabajo? ¿Veo este trabajo como oportunidad para servir a Dios sirviendo a mis semejantes? ¿La hago con entusiasmo? Por supuesto todos tenemos algún momento pesado, en especial un lunes por la mañana ¿Verdad? Pero en esta hora entiendo que mi actitud y forma de trabajar también muestra el Dios en quien creo.

lunes, 29 de julio de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: Aprendiendo a disfrutar la vida Eclesiastés 3:9-13

Aprendiendo a disfrutar la vida
Eclesiastés 3:9-13
José Gil y Alfonso Estrada
¿Disfrutas la vida? ¿Realmente? ¿Cuándo fue la última vez que recuerdas haber sabido y sentido que la vida es preciosa? ¿Esta mañana? En la introducción de un libro que recomiendo plenamente, “Salvaje de Corazón”, su autor, John Eldredge, hace referencia a algo que he constatado por mi cuenta: existen personas que creen en Dios, pero sus vidas son “aburridas”. Hace varios años estuve reuniéndome en una iglesia cristiano-evangélica en Maracaibo, donde conocí gente hermosa, y en una ocasión fui sorprendido con un mensaje anónimo: “preocupa que José se ría tanto”. En otra oportunidad hablé a un grupo sobre la importancia de tener un refrigerio intelecto-espiritual, y apenas hube terminado su líder espiritual dijo, en tono de burla, que no fueran a poner tanta atención a la diversión que dejaran sus trabajos botados.
Leyendo en Eclesiastés 3:9-13, una mezcla de agradecimiento y entusiasmo me inunda. Ese pasaje bíblico enseña, sin lugar a dudas, que la vida implica disfrutar, conforme al carácter de quien la da. Lo primero que llama mi atención es la frase del verso 11, que Dios “lo hizo todo hermoso en el momento adecuado”. Pienso en El Roraima, las playas de Falcón, El Sahara, el Gran Cañón, y percibo una belleza que habla sin palabras en un lenguaje que llega a mi alma. Sin embargo, cuando leo en Génesis, dice que la máxima creación SOY YO, esto que llamamos hombre. Si puedo disfrutar la belleza de la creación, ¿Por qué me cuesta disfrutar la que Dios ha puesto en mí, su máxima creación? Necesitamos entender que es mi regalo, mi privilegio, disfrutar la creación, la vida. Déjame compartirte dos principios en este pasaje sobre disfrutar la vida.
Disfrutar con visión por lo eterno
Escuché a alguien decir, en broma, que comía tanto porque su religión no le permitía bailar ni fumar, entonces para disfrutar la vida solo le quedaba comer. ¿A que llamamos disfrutar? Cada quien debe dar su respuesta, Dios tiene la suya. Este pasaje comienza aclarando que nuestro tránsito por esta vida no es una tragedia, pues mirando con atención el verso 12 dice “no hay nada mejor que alegrarse y disfrutar su vida”. Las dos palabras que saltan ante mis ojos: alegrarse y disfrutar. Me parece hay quienes creen que un creyente es un ser obstinado del mundo y amargado con sus perversos semejantes que interrumpen su impecable vida cerca del cielo. Pero ¿De quién está hablando el pasaje? Lo dice claramente el 11: aquellos a quienes Dios ha encomendado un trabajo para hacer, y tienen visión del propósito eterno de Dios. Existe una conexión entre la belleza de lo creado, nuestra visión en esa creación, y nuestra función o trabajo. Nuestra armonía con Dios pasa por disfrutar el equilibrio entre nuestras actividades y la obra creadora de Dios. No se trata de ser un ambientalista, vegetariano o contemplar las nubes y cantar; eso tiene un valor ético y moral sin duda, pero de lo que se trata es de reconocer que mi alma contiene una función asignada directamente por el Creador, y disfrutar cumpliéndola en armonía con su carácter. Cuando comienzo a tener una visión del plan eterno de Dios, grabado como ADN en mi alma, comienzo a disfrutar la vida. ¿Has notado que los niños querían estar cerca de Jesús? El Maestro no era un amargado aguafiestas, supo cuál era su lugar en el plan eterno, y cumplirlo fue un entusiasmo y disfrute que habrá pasado desapercibido para los religiosos amargados de su tiempo, pero no para los niños.
Disfrutar con agradecimiento
Si sigo leyendo el pasaje llego a una expresión que me gusta tanto en el verso 13. “Es un regalo de Dios que el hombre coma, beba y vea el fruto de todo su trabajo”. Debo poner atención, el verso comienza afirmando que Dios me regala, que le place, que en su carácter esta la condición de ser dador de cosas buenas para mí. La forma de ser algunas personas en su actitud para dar deja ver que, o no creen en Dios, o le perciben como un viejo tacaño a quien hay que rogar migajas de felicidad. La misma escritura bíblica contiene expresiones como “Dios ama al dador alegre”, al igual que “den gratuitamente lo que gratuitamente recibieron” y “les daré bendiciones hasta que sobreabunde”, entre otras. Parte del carácter Divino es la de un dador generoso. Papá solía decir que el infierno está lleno de mal agradecidos, y ante estos pasajes, estoy completamente de acuerdo. Ahora hay otra cosa, dice el pasaje que es un regalo de Dios que el hombre “coma y beba”, de lo que vuelvo a pensar en aquel amigo comilón, prisionero de su religión. Algún santurrón seguramente ha pensado que si me tomo una copa de vino me iré de cabeza al infierno metido en la botella. No dice el pasaje que el regalo es que el hombre sea un glotón o borracho, pues la clave está en la expresión que sigue “vea el fruto de todo su trabajo”, alentando a disfrutar un trabajo bien hecho. A Dios le agrada que disfrutemos lo que justa y honradamente hayamos trabajado. Cuando se escribió este pasaje era esencial trabajar la siembra de la uva para el vino y las semillas para alimento en el tiempo que correspondía, y no se podría esperar disfrutar la cosecha sin haber trabajado arduamente la siembra. Este es un principio muy importante: tenemos derecho a disfrutar como resultado del trabajo. Cualquier ganancia que no se genere como resultado de trabajo honrado no merece disfrute; por eso el robo, la extorsión, los sobornos, apuestas y toda fuente de ganancia no trabajada son perversión del principio Divino para el alma. Tales cosas corrompen a una persona, a una nación. Me gusta saber que el mensaje Divino es que puedo disfrutar libremente el fruto de mi trabajo, reconociendo la provisión Divina en respuesta a mi esfuerzo; y agradecido por poder disfrutar y alegrarme.
Conclusión:
Confieso que estoy riendo en esta línea, no de aquel mensaje anónimo que recibiera hace años, tampoco porque esté pasado de copas o harto de comida, ni siquiera porque me hayan pagado una buena suma por un trabajo bien hecho. Lo hago porque este pasaje en Eclesiastés me ayuda a entender que necesito disfrutar con una visión por lo eterno, sentirme parte del plan de Dios. Disfruto saber que mi Dios no es un aburrido aguafiestas sino que me anima a disfrutar placeres benignos que, aunque pasajeros, son sanamente satisfactorios para mí y me recuerdan que Dios recompensa mi esfuerzo. Pero sobre todo, puedo reír sabiendo que la provisión para mi alma no se agota, y eso me llena de agradecimiento y entusiasmo. Un alma agradecida siempre tendrá entusiasmo para vivir. No todo en mi vida ha sido risa, pero sigo riendo…gracias a Dios, estoy aprendiendo a disfrutar.

jueves, 25 de julio de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: La resistencia Santiago 4:1-11

La resistencia
Santiago 4:1-11


 
José Gil y Alfonso Estrada

Hace algunos años visite Moscú, y el embajador de Venezuela en Rusia estaba en el aeropuerto esperando a un funcionario de la embajada. Al saludarle se ofreció a llevarme hasta la ciudad, y gustosamente acepté. Allí estaba yo, recibiendo un trato cual si fuera agregado diplomático de mi país al otro lado del Océano, por la gracia de Dios. Recuerdo que un militar adscrito a la embajada conducía el auto, y en la vía pasamos una valla enorme y un monumento con imágenes de soldados. 

Pregunté sobre lo que decía, y me respondió que eran frases de los rusos en la segunda guerra mundial: “defenderemos Moscú” y “hasta aquí llegaron”. Más de 20 millones de rusos cayeron bajo balas alemanas en aquella guerra, y aun lo recuerdan. Fue un alto costo, ninguna nación perdió tantas vidas como Rusia, y su tenaz resistencia propició la derrota definitiva de Hitler.

He reflexionado sobre la forma en que he sido atacado espiritualmente, e incluso encuentro ciertos patrones consistentes en la estrategia del enemigo para destruirme. Entonces recordé que la palabra de Dios dice algo sobre “resistir al enemigo, y huirá”. Encontré la cita en Santiago 4, leí el pasaje completo para captar el contexto, y me di cuenta que Dios me estaba invitando a ver mi propia resistencia de vida frente a la maldad que, cual temible ejército, procura poner mi alma en estado de sitio. Deseo compartirte algunos principios que el pasaje muestra, que me hablan sobre la defensa de mi alma, y espero ayude la tuya.

El deseo equivocado: este hermano menor de Jesús comienza diciendo que los pleitos entre creyentes es el resultado de la concupiscencia de cada uno de nosotros. Esa palabrota significa, en su raíz griega, un deseo por el placer propio. Alguien podría preguntar ¿Qué mal hay en hacer lo que me gusta? Puede que nada en algunos casos, pero el pasaje indica que cuando una persona o grupo, incluso de creyentes, hacen lo que a cada quien le atrae, le gusta, le seduce, las consecuencias son pleitos y divisiones. En el caso de una persona se refleja en frustraciones espirituales y emocionales, en una familia refleja falta de apoyo mutuo, infidelidades, maltratos físicos y psicológicos, divorcio; y en una nación, en odio de unos por otros. Lo interesante es que Santiago escribe a la iglesia, y su mensaje de alerta es este: si el síntoma es el pleito, la enfermedad es que sus miembros están haciendo lo que les deleita, más no lo que deleita a Dios. Existe una parte de nuestro ser que desea practicar el mal, y “mal” no es una lista de actos religiosamente condenables, sino toda intención y acción que desagrada a Dios, contrarias a la naturaleza que originalmente nos fue dada, pero que nos invade como resultado del pecado. Es un deseo equivocado que nos hace pasar la luz del semáforo en rojo, que nos hace copiar la tarea de otros en clases, es un deseo que, sin límites, se va apoderando de nosotros y termina llevándonos a mentir para obtener un trabajo, llevar a alguien a la cama prohibida, tomar lo que no nos pertenece, tramar astucias para alcanzar nuestros caprichos y, claro, tales cosas terminan en odios, divisiones y contiendas en nosotros y nuestros semejantes. El deseo equivocado conduce a la división.

La amistad equivocada: continúa escribiendo Santiago y se refiere a “la amistad del mundo es enemistad contra Dios”. La palabra traducida como “mundo” es la palabra cosmos, que se refiere a un sistema de valores, a un estilo de vida. El pasaje menciona la mentira, el adulterio, el odio, la codicia y la violencia como parte del cosmos, del sistema de valores del mundo. Antes que muchos creyentes llegaran a saber de Jesús, así era como vivían. El problema es que, ahora, algo estaba pasando y algunos de ellos estaban insertando en la iglesia esos viejos hábitos. La armonía se rompió. Me llama la atención que entonces Santiago se refiere a esa actitud y la llama “soberbia” y aclara algo clave en el pasaje “Dios resiste a los soberbios”. Esta frase me ha impactado, pues dice que cuando regreso a los viejos hábitos que me dominaban en otro tiempo, estoy actuando en forma soberbia, lo que equivale a tomar el lugar de Dios en mi propia vida, y entonces…me da tristeza solo escribirlo…Dios me resiste, es Dios quien ahora me dice “hasta aquí llegaras, no te dejaré pasar José”. Lo que está ocurriendo es que me estoy haciendo amigo del mundo, eso es volver a dejarme dominar por las cosas de las que fui rescatado. Es un ex-adicto que vuelve a la botella, como un viejo apostador que regresa a las cartas o el bingo para apostar el sustento de sus hijos. La amistad equivocada con el mundo lleva a mi alma a esclavitud, y es el resultado de mi soberbia al quitar a Dios de su lugar en mi vida y ponerme yo mismo, abrazado a los placeres del sistema de valores de mi tiempo.

La lucha correcta: no quiero quedarme en la etapa de lamento o en medir el tamaño del problema en que me metí por un mal deseo o amistad. Santiago afirma la forma correcta de enfrentar la maldad, cuando escribe “resistan al Diablo, y huira”. Resistir implica permanecer, defender una posición. La batalla que libramos no es para destruir a Satanás, de hecho, él tiene más poder militar que nosotros. ¿No lo crees? Lee la carta de otro hermano de Jesús, llamado Judas, y allí lo llama “fortaleza superior”.  No se trata de entrar en territorio del enemigo y eliminarlo. Nuestra batalla es para “resistir”, para proteger al sitio más importante del universo…mi alma, donde se originan mis pensamientos, mis emociones, mis deseos. Satanás anhela entrar allí, tal como los alemanes desearon entrar a Moscú. La lucha correcta es tomar la determinación de decir “hasta aquí llega, acá termina tu avance, no te dejare pasar”. Decir o escribir sobre resistir al maligno es mucho más sencillo que hacerlo. Una imagen que con frecuencia recuerdo es del momento cuando las fuerzas terrestres de Estados Unidos se proponían invadir Irak, y una mujer ayudaba a cavar una trinchera en su casa. Ella pensaría “defenderé mi casa con mi vida si es necesario”. Hay posiciones que Dios me ha dado, y te ha dado, y espera que resistamos y la defendamos. Resistir, no entregar la brecha, la defensa, la ciudad, no entregar mi alma. En las batallas en las que pocos han enfrentado una gran fuerza, ¿a quién honramos y recordamos? ¿A los que enfrentaron al invasor o a los que huyeron? Pero en nuestro caso, aunque minoría, estamos del lado vencedor. Satanás es poderoso, pero mi Dios es todopoderoso, de modo que puedo resistir al enemigo, no entregarle mi alma, mi posición, mi ministerio. Resistir tomado de la mano de mi Padre…el enemigo no tiene más opción que huir.

Padre, ha habido cosas en mi vida a las que he dado cabida, y amenazan con invadirme. Quiero que terminen aquí y ahora, ya no permitiré que pasen Señor, ayúdame a convertir mi alma en un sitio donde el enemigo ya no ponga su pie ni ondee su bandera. Concédeme que quede grabada la historia de mi resistencia en tu nombre, con tu poder y autoridad en contra del enemigo de mi alma. Hazme sabio para unirme a los fuertes, los que resisten con valor y sin retroceder, y dame el valor para también llevar aliento y esperanza a las almas derrumbadas o en peligro de ser invadidas. Amen

lunes, 22 de julio de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: Comprobando la voluntad de Dios Romanos 12:2

Comprobando la voluntad de Dios
Romanos 12:2


 José Gil y Alfonso Estrada

Hace algunos meses tuve en mis manos el libro “la tiranía de la abundancia”, en el cual su autor, Barry Schwartz, muestra que en tiempos modernos la abundancia de opciones de productos de consumo es una prisión para muchos consumidores a quienes les abruma poder distinguir que es lo que buscan y, muchas veces, que es lo que conviene comprar.

Ante lo rápido que pareciera andar el reloj, y lo vertiginoso que se presentan algunos episodios en la vida, en algunos momentos he dudado sobre algunos hechos y su relación con la voluntad de Dios. He llegado a sentirme abrumado y paralizado, situación peligrosa para un hijo de Dios. Entonces meditaba en la carta que Pablo envió a Roma y, allí estaba, un texto que me dice que la “buena voluntad de Dios” es “agradable y perfecta”. Pero además, me dice que hay tres acciones, tres verbos que, combinados, me permiten comprobar la voluntad de Dios. Estoy agradecido porque me ha sido mostrado en Romanos 12:2, y deseo compartirte esos verbos, esperando sea de bendición para tu vida.

No conformarse: en tono de orden la palabra dice “no se conformen a este sistema de valores”. Este verbo implica la idea de amoldarse, adaptarse, tomar la forma de algo.  Para conocer la voluntad del Padre debo, primeramente, evitar amoldarme al sistema de valores del mundo. ¿Cuál era el sistema de valores del tiempo de Pablo? Violencia, hipocresía, sensualidad, avaricia y menosprecio por todo lo que sonara a santidad Divina. ¿Acaso no son los mismos elementos que promueve el mundo moderno? Entonces lo que Dios me dice es “José, para que puedas comprobar mi voluntad tienes que evitar amoldarte al sistema de valores que te rodea”. Eso me puede poner en la situación de ser visto como un “desadaptado, un perdedor” en cuanto al mundo, pero no en la perspectiva Divina.

Ser transformado: este segundo verbo implica la idea de cambiar algo de su forma, como cuando a una roca en bruto se le da forma de escultura. Fíjate bien en un detalle, el pasaje dice “transfórmense”, es decir, yo tengo la responsabilidad por mi transformación. No es el pastor o maestro, ni mis padres o amigos, sino que mi transformación es algo en lo que yo debo comprometerme. Claro que un buen consejo y ejemplo son aliento para el cambio, pero la decisión definitiva es mía. Suelo ser experto en evadir mis responsabilidades culpando las ineficacias de otros, pero en cuanto a ser transformado, no tengo excusa valida ante Dios. Conozco a alguien que hace un par de meses fue sometido a una delicada operación que, además de exponerle al filo de la vida, le hizo rebajar once kilos de peso y perder casi la mitad de la sangre en su cuerpo. Estaba notoriamente debilitado. En menos de seis semanas su cuerpo ya mostraba un cambio importante. ¿Sabes por qué? Tomó la decisión de recuperarse siguiendo un riguroso tratamiento y ejercicios físicos que, aunque dolorosos por momento, cambiaron lo debilitado en vigoroso, y ese proceso de mejorar continua. Comprobar la voluntad de Dios también requiere cambiar formas y estilos en mi vida, requiere una transmisión a fondo convertir la roca en escultura, lo que me lleva al tercer punto que me dice cómo lograrlo.

Ser renovado: el pasaje cierra diciendo “por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. Entender es la forma en que vemos e interpretamos las cosas a nuestro alrededor, y el pasaje señala que necesitamos una forma nueva de entender todo, fíjate que no es una forma mejorada sino renovada, para comprobar la voluntad de Dios. Leí que cuando iniciaron el proyecto de construcción de un  famoso Banco en Nueva York, se dieron cuenta que el terreno bajo superficie era arcilloso y débil como para soportar la estructura diseñada. Los ingenieros sugirieron inyectar ciertos componentes químicos para que, al reaccionar con las arcillas, dieran al suelo una resistencia capaz de soportar la carga, luego de más de cinco décadas…ese edificio sigue en pie. Me gusta saber que Dios me habla por su palabra, para que las ideas, miedos y malicia de mi vieja mente sean sustituidos por los del Padre y mi entendimiento sea renovado. Nos esforzamos por mejorar nuestro aspecto físico, y un mayor esfuerzo debemos concentrar en tener una mente renovada. ¿Cómo? Sacando la basura bajo la alfombra, lo que leemos, miramos en TV, lo que escuchamos, lo que antes posiblemente disfrutábamos como “vida” pero que nos aleja del carácter santo de Dios, y llenando nuestra mente con su palabra para aprender a interpretar la vida como Él lo hace.

Conclusión: lejos de darnos golpes con las paredes (Dios no lo permita) o preguntándole a la almohada cuál es la voluntad de Dios, podemos apropiarnos de estos tres verbos, tres acciones, en las cuales nosotros la decisión es nuestra: No amoldarme, transformarme, renovarme.

Padre, gracias porque me das la llave para librarme de la esclavitud del sistema de valores de este mundo, porque tu palabra me ha sido dada para darle forma al corazón de piedra de mi vida y hacer una escultura viva; y porque puedo renovar mi forma de ver las cosas por tu palabra para que, no mis acciones y pensamientos más íntimos, sean cambiados conforma a tu voluntad. Concédeme que yo compruebe tu voluntad para mi vida conforme a tu promesa en Romanos 12:2. Amen

jueves, 18 de julio de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: Distinguiendo al mensajero de Dios Judas 1:1-3

Distinguiendo al mensajero de Dios
Judas 1:1-3
José Gil y Alfonso Estrada

La abundancia en nuestro tiempo de programas en radio, TV, internet y en vivo donde se habla en nombre de Dios ha sido causa de gran bendición para muchas personas, alcanzadas por la palabra de vida. Sin embargo, también abunda la mentira, la manipulación y hasta la estafa deliberada de algunos autodenominados profetas, apóstoles, pastores y evangelistas. El trigo y la cizaña pueden crecer juntos, pero es importante ser sabios para distinguir el uno del otro. La pregunta que ha venido a mi mente es reiteradas oportunidades es ¿Cómo distinguir al genuino mensajero de Dios, del falso maestro?

En la carta de Judas encontré tres características distintivas de un verdadero mensajero de Dios, aquel cuyos pies son hermosos porque anuncia las buenas nuevas. Deseo compartirte esas cualidades, no son las únicas, pero te ayudaran a distinguir el trigo de la cizaña en este tiempo de confusión.

Su Actitud: el escritor se identifica en primer lugar como “siervo de Jesucristo”. Los estudiosos y eruditos han comprobado que quien escribe es uno de los hermanos menores de Jesús, hijo de María y José. Siendo así, la actitud de humildad de Judas es fruto del Espíritu Santo. Si el escritor estuviera buscando jerarquía o mando habría iniciado la carta escribiendo “hermano de Jesús”. ¿Te imaginas que Judas pudo haber tenido algún parecido físico con Jesús?, pero él no apeló a tales condiciones para beneficiarse. En lugar de eso, su recompensa es ser reconocido como “siervo”. En segundo lugar Judas escribe “y hermano de Jacobo”. Este Jacobo es otro hijo de María y José, quien tuvo un poderoso testimonio por su fe en Cristo. La actitud de Judas señala su vínculo con su hermano para permitir a otros verificar su autoridad, con lo que coloca a Jacobo como superior a sí mismo. Distingue al verdadero del falso maestro la actitud con respecto a ser el centro de atención y aplausos. El mundo moderno está construido sobre la base de la fama, el poder o la fortuna, pero la actitud de quien genuinamente habla en nombre de Dios será humilde, resaltando a Jesús y no a si mismo.

Su Confianza: Judas señala una trilogía de regalos de Dios que se constituyen en su confianza, son tres obsequios extraordinarios que nos nutren, fortalecen, y producen esa confianza tan necesaria para mantenernos de pie frente a los tiempos y tormentas que vivimos. Judas recoge en el pasaje tres elementos que haremos bien en apreciar y alimentar en nuestras almas.
Llamados: escribe “a los llamados”. Hemos sido llamados, Dios nos buscó y llamo un buen día y nos llama cada día a estar más cerca de Él. La palabra iglesia contiene la idea de ser “llamados…” De tantas bendiciones en mi vida destaca saber que Dios pensó en mí y me llamó desde antes que naciera. Cuando sientas que hay algo en tu vida que te impulsa a buscar a Dios, no lo dudes, es Dios quien te está buscando y llamando.
Santificados: somos llamados y además apartados para un estilo de vida preparado por Dios. El verdadero mensajero de Dios hará énfasis en el llamado de Dios para que llevemos vidas santas. Muchas predicaciones modernas parecen ejercicios de relajación emocional para hacer sentir cómodo a quien escucha. Judas nos recuerda que somos santificados en Dios Padre, eso ofrece confianza y compromiso en el llamado.
Guardados: esta palabra incluye la idea de ser preservado, protegido y muy preciado. Judas nos recuerda que estamos asegurados en la poderosa mano de Cristo. La primera vez que entre al cuarto de mi abuela ella ya estaba cercana a partir, y yo tenía más de 40 años. En su baúl me dejó ver una cajita donde tenía sus objetos más preciados, sus cositas personales y algunas fotos. Me pidió que las revisara, y allí estaba…una fotografía de mi niñez, para mi dulce abuela mi rostro era una cosa preciada en aquel grato recuerdo. Mi corazón y mis ojos se llenan de una inusual alegría cada vez que recuerdo esa verdad…soy especial para mi abuela. Quiero que recuerdes que lo que un verdadero mensajero de Dios resaltará para que tengas confianza en la vida será lo que resalta Judas, quien nos está diciendo “eres especial para Dios” Aleluya. “Él es mi roca y mi salvación ¿de quién temeré?”.
Su mensaje: el mensaje que distingue al mensajero es el de la batalla por la fe. Judas exhorta a “luchar ardientemente por la fe”, es una batalla que se inicia en el alma, es una batalla por amor, de modo que no es violenta en cuanto a nuestros semejantes. Ante una sociedad en la cual la fe es puesta en duda, ridiculizada y hasta comercializada, el mensajero genuino entiende que nuestro problema real de fe es la deslealtad a la palabra de Dios. Por ello su predicación y enseñanza estará llena de la palabra de Dios, no de palabrerías o historietas humanas. Hay cada disparate al que se llama fe y que confunde a tantos. Aun así, la batalla no se trata de imponer una religión a otros, ni de utilizar la palabra para señalar las fallas de otros, es una batalla para mostrar con la palabra de Dios a Cristo como el camino. Esa fe implica un cambio en nosotros para ser testimonio de cambiar al mundo. He sabido que buena parte del llamado mundo Disney, para niños, se ha corrompido, y hasta sus caricaturas han sido señaladas como perversas y contentivas de mensajes ocultos. Una idea equivocada de la batalla de la fe es que debemos ir y destruir Disney, claro que no. La palabra de Dios me arma para que Disney no me destruya a mí. Es por eso que la armadura que Pablo describe es una para resistir y no para el asalto, es por eso que Pedro nos dice que debemos “resistir las asechanzas del Diablo”. Vale la pena luchar esa batalla, y solo predicando una fe sustentada en la palabra de Dios podemos permanecer, y ayudar a otros a estar de pie, cuando todo parezca venirse abajo.

Conclusión: ¿Cómo está mi vida? ¿Mi actitud es la de un servidor de Cristo? ¿Mi confianza es la del llamado de Dios a santidad y su poder para guardarme? ¿La fe que predico y vivo se sustenta sobre la palabra Divina?

Padre, te ruego que estas líneas puedan ser un bálsamo y reconfortar las almas cuyos ojos las reciban. Gracias por quienes genuinamente llevan tu mensaje. Danos la sabiduría para distinguir lo que verdaderamente Tú nos dices y lo que deseas para nuestra vida. Amén!

miércoles, 17 de julio de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: Motivos de oración Efesios 1:15-19

Motivos de oración
Efesios 1:15-19

José Gil y Alfonso Estrada

 Una de las fantasías de los niños es la de encontrar al genio de la lámpara que aparezca y diga “te concederé tres deseos”. ¿Qué tipo de deseo pedirías? Fama, fortuna, poder, seguro forman parte de las prioridades de petición que harían muchas personas. Los cristianos no acudimos a magia ni fantasías, pero necesitamos evaluar las peticiones que hacemos a Dios. Del mismo modo que Jesús preguntó a sus discípulos “¿Y ustedes quien dicen que soy yo?”, para distinguir su apreciación del resto de las personas, me pregunto ¿Cuáles son las peticiones que rebosan mis oraciones al Padre?

He estado reflexionando sobre mis peticiones en oración. Desde niño he tenido el privilegio de asistir a reuniones de oración. Me he dado cuenta que, algunas veces, mi oración era un corto discurso para convencer a Dios de hacer o darme algo. Mis motivos iban desde salud hasta pedir a Dios que cierto equipo gane el partido de futbol o el candidato que yo quería que ganase las elecciones. Era parte de mi miopía espiritual para pedir lo que realmente es importante.

Entonces encontré el pasaje en Efesios 1:15-19 el apóstol comienza diciendo a sus amigos que había escuchado sobre su fe y amor, y “no ceso de dar gracias por ustedes, haciendo mención en mis oraciones, para que Dios…les dé…”. El apóstol entonces les está diciendo que lo que el pide para ellos solo Dios puede darlo, por eso lo incluye en oración. Además, menciona tres motivos prioritarios de oración, que deben convertirse en nuestra lista de peticiones prioritarias. Permíteme compartir contigo los tres motivos de oración, y espero ayude a reorientar o afirmar los nuestros.

 
1.- Espíritu de sabiduría: en 1:17 Pablo menciona su primer motivo de oración: “para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les de espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de El”. ¿Qué es sabiduría? No es erudición, no es intelectualismo, no es filosofar. Sabiduría es la capacidad de escuchar la voz de Dios y obedecerla. Sabio es aquel que conoce la voluntad de Dios y vive conforme a ella. Leí que Dostoievski, hombre de extraordinaria pluma, sobrevivió a una traumática experiencia cercana a la muerte (cuyo detalle espero relatarte en otra oportunidad) y luego su vida se dedicó a conocer a Dios. Su hija, Aimé, escribió años después que “todas sus obras están saturadas de este libro, y esto es lo que les da su poder”. Se refería al nuevo testamento que Dostoievski mantenía consigo. Encontró la sabiduría en la palabra de Dios, pasó de una experiencia de muerta a una vida plena. En nuestro tiempo muchos parecen interesados en “sentir a Dios” pero desestiman que la prioridad es “conocerle”. Ese conocer se origina en el mundo espiritual y se evidencia en nuestro andar diario. Entendí algo más en el primer motivo de oración, que esta sabiduría es “en el conocimiento de El”, esto es, un conocimiento de relación personal, conocer y disfrutar un compañerismo genuino con Dios. La sabiduría me guía en el camino para llegar a ser amigo de Dios.

 
2.- Esperanza: en 1:18 menciona el segundo motivo de oración: “iluminados los ojos del corazón, para que sepan cual es la esperanza de su llamamiento, y cual la riqueza de la gloria de su herencia en los santos”. Esperanza es la actitud de esperar las promesas de Dios con entusiasmo. Imagina que una persona de tu más alta estima, quien se encuentra de viaje te envía un correo donde te dice “llegare este fin de semana, te compre algo que te va a encantar”. ¿Cómo le esperarías? Claro, con entusiasmo. Para muchas personas la esperanza de su vida es su pequeño mundo: el trabajo, un buen partido para matrimonio, salud, la cuenta bancaria. La petición del apóstol para sus amigos en Efeso fue que conocieran la esperanza. Muchos cultos de oración parecen un hospital ambulante de enfermedades, mientras Pablo ora para que sus amigos conocieran y disfrutaran la esperanza del llamado. Durante años conversé con mi tío Eli sobre la vida luego de la muerte, e hicimos un compromiso: quien parta primero a la eternidad enviará saludos a los familiares y amigos que nos antecedieron en ese viaje. El 16 de Diciembre de 1999 llamé a mi tío desde un teléfono público en el aeropuerto en Maiquetía, poco antes de tomar un vuelo a Canadá, nos despedimos recordando que, si por alguna causa no podíamos vernos de nuevo, nos veríamos en la gloria, y recordamos lo pactado. Tres días más tarde el corazón de tío, súbitamente, dejó de latir. Imagino su reencuentro con papá, sus demás hermanos, los amigos, y estoy seguro que cumplió con llevar mi saludo a todos en casa. Mi corazón se goza alentado por la esperanza de volverme a reunir con ellos, con mis maestros y amigos que me iniciaron en el camino de la vida en Cristo. Pero sobre todo, mi esperanza es estar frente a frente con Jesús, quien vino a darme vida por su muerte y resurrección. Mi esperanza es que veré a Jesús, y El me resucitará. Cuando mi existencia terrenal termine las cosas serán mejor de lo que ya son, pues las lágrimas serán enjugadas, la justicia perfecta reinara, y no habrá muerte ni dolor.

 
3.- Poder: en 1:19 Pablo menciona el tercer motivo de oración: “y cual la supereminentegrandeza de su poder hacia nosotros los que creemos”. Llegar a conocer el poder de Dios a favor de sus hijos. Dos cosas saltaron ante mis ojos al leer el pasaje: 1) el poder de Jesús para resucitar de entre los muertos, eso sí que es poder. 2) ese poder actúa a favor de quienes creemos. Para muchos el poder de Dios es causa de temor, piensan en ese poder cuando escuchan un trueno o ante la devastación de un terremoto. Es una imagen negativa de Dios. Sin embargo, el apóstol ora para que Dios ilumine nuestra mente y entendamos que ese poder se muestra a nuestro favor. La palabra nos dice en 2 Crónicas 16:9 que “los ojos de Dios contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón recto delante de El”. Recuerdo una historia que me contó el pastor Germán Núñez sobre dos jóvenes quienes vivían a la orilla del rio Arauca en los llanos venezolanos. Una noche se desató un incendio en su rancho, y ante la emergencia las jóvenes levantaron el baúl donde guardaban sus cosas personales y lo llevaron fuera del peligro del incendio. A la mañana siguiente, cuando el incendio había sido controlado por la familia y amigos, las dos jóvenes trataron de traer de regreso el baúl y no pudieron ni levantarlo del piso. Los sentimientos y pensamientos fueron distintos en el momento del incendio y cuando todo parecía controlado. Hay falsas ideas de control en la vida de un creyente que suelen impedir que Dios muestre su poder. Poder, para cambiar, para crecer emocional y espiritualmente, para llevar a otras personas a Jesús. Recuerdas sus palabras cuando dijo “hasta ahora mi Padre trabaja, y yo trabajo”. He venido entendiendo que Dios trabaja…para mí, y entonces mi concepto del poder de Dios ha tomado una dimensión distinta, reconfortante. El poder de Dios está a mi disposición ¿de quién temeré?

Conclusión Estos son los tres motivos de oración que el apóstol Pablo tuvo como prioridad para sus amigos en Efeso. Debo aprender a orar en forma trascendente.

Padre, concédeme que aprenda a vaciarme de mi mismo, de mi yo, para ponerme en tu altar, hazme un instrumento afinado en tus manos, lleno de sabiduría para disfrutar compañerismo contigo, con una riqueza de gozo por la esperanza del llamado, y con poder tuyo. Amén.

martes, 16 de julio de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: ¿A cuál Jesús estas buscando? Lucas 24: 1-8

¿A cuál Jesús estas buscando?
Lucas 24: 1-8
José Gil y Alfonso Estrada
He venido observando el incremento de programas televisivos donde se presentan los más diversos predicadores, usualmente acompañados de elaborados programas musicales para presentar a Jesús. Algunos de estos cantantes, músicos y predicadores han llegado a tener una influencia tal que, hasta al visitar algunas congregaciones he llegado a notar que algunos gestos y tonos de voces extranjeras son reproducidos.
Recuerdo a Pablo escribiendo desde prisión “algunos predican a Cristo por envidia y contienda…otros por amor…yo en todo caso me legro de que Cristo sea anunciado”. Filipenses 1:15-18. Meditando en esto vino a mi mente la voz Divina que, tantas veces, me ha dicho: José, habla, escribe, no calles.Entonces una pregunta me fue hecha ¿Cuál es el Jesús que está siendo presentado? ¿Cuál es el Jesús que estamos invitando al mundo a buscar? Cristo mismo nos dio alerta diciendo “miren que no sean engañados porque vendrán muchos en mi nombre diciendo aquí está”.
El pasaje en Lucas 24 nos relata la búsqueda de Jesús por parte de algunas mujeres, y cuanto podemos aprender de ese pasaje para este tiempo donde tantos nos dicen “aquí está Jesús”. Deseo compartirte lo que la palabra de Dios nos muestra sobre estas cosas, que sea bálsamo a tu alma, y protección contra engañadores de oficio que actúan encubiertamente desde que Jesús mismo cumplía su ministerio terrenal.
La búsqueda por el ritual: en Lucas 24:1 leemos que las mujeres que fueron a la sepultura de Jesús llevaban las especies aromáticas, con la intención de cumplir el ritual de limpiar y perfumar el cuerpo de Jesús. El día Sábado no era permitido el recorrido ni el trabajo, así que vinieron el Domingo para cumplir con su tradicional ritual. El historiador, el sociólogo podrían decir que nada malo hay en tal práctica, y coincido en que aquellas mujeres tenían la mejor intención al cumplir su ritual. ¿Sabes dónde está el problema? En que Jesús les había dicho, varias veces, que era necesario que el muriese, y resucitaría. Seguían pensando en su ritual, olvidando la palabra y promesa vida dada por Jesús. Esto asemeja mucho el Jesús que es buscado en templos e iglesias muchas veces. Muchas veces estamos tan concentrados en la liturgia, en los programas, en la música, en el músico, en tantas cosas que, por supuesto tienen su lugar e importancia, pero que se han venido a convertir en la búsqueda de muchos. Para muchos feligreses el culto de alabanza es bueno si cantaron aquella canción que tanto les gusta, o movieron sus cuerpos al ritmo que aquel talentoso músico le puso a las trompetas, piano o percusión. Los rituales y el cumplimiento de ciertas pautas llamadas “orden de culto” muchas veces hacen necesario recordar las palabras del Cristo “mi casa, será llamada casa de oración”. Recuerdo a Adrián Rogers diciendo que “hasta los borrachos se toman de las manos en navidad para cantarle al niñito Jesús en un pesebre”, pero esos rituales tradicionales no representan en modo alguno la genuina búsqueda del genuino Jesús.
La búsqueda de consuelo: la cruel muerte sufrida por Jesús había dejado desconsolados a sus amigos, incluso fue impactante para algunos centuriones y visitantes de Jerusalén.  En Marcos 16:10 se dice que sus amigos estaban “tristes y llorando”, algo muy natural, y el propio Jesús mostró su llanto ante la tumba de Lázaro. Era costumbre que, como parte del luto las mujeres lloraban larga y penosamente a sus amados difuntos, algunas veces con gemidos y palabras que, en cierto modo, procuraban mostrar el amor y descargar la pena. El hecho que Lucas 24 nos diga que las mujeres fueron juntas permite pensar que, de haber llegado a encontrar un cuerpo muerto, el llanto habría sido la forma de buscar consuelo las unas en las otras. Ahora bien, el consuelo es una gran bendición que Dios trae a nuestras almas, y nosotros mismos hemos sido llamados a consolar con la consolación que Cristo nos ha dado (2 Corintios 1:3-4). Sin embargo, podemos darnos cuenta que muchas personas parecen estar asistiendo a templos y cultos como quien asiste a una sesión psicoterapéutica. Para algunos la búsqueda de Jesús fue fructífera según el número de lágrimas o risas que hayan brotado de sus emociones ese día. Me preocupa que muchos buscadores de Jesús se estén limitando a escuchar solo las palabras de ánimo de sus pastores o predicadores, y hasta allí llegan. Recuerdo haber escuchado a Joel Osteen hablando sobre el optimismo para enfrentar las crisis al resaltar que “Goliat tuvo mucho que ver con que David llegara a ser rey”, y animaba a sus feligreses a tener una actitud optimista frente a la adversidad. Amen. Sin embargo, no estaba diciendo que la búsqueda de Jesús se fundamente en una constante gratificación emocional, ni que todos los días nos sentiremos como si acabáramos de derribar a Goliat. Pareciera que la búsqueda de Jesús para algunas personas se convierte en un mero ejercicio de expresión emocional, catarsis la llamaría algún psicólogo, y sin embargo, al poco tiempo la vasija del alma vuelve a sentirse vacía. La auto gratificación emocional parece haber labrado un espacio importante en las almas de muchas personas, y algunos de nuestros templos y predicadores parecen sentirse muy cómodos así, pero al final será como la mujer del pozo de Sicar, volveremos a tener sed mientras solo bebamos de esa agua.
La búsqueda de vida: en Lucas 24:5 los ángeles del cielo afirman el corazón de aquellas amigas del maestro preguntándoles “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?”. Sin reproche, sin amonestación, sino con una pregunta que buscó y logró reorientar su búsqueda, aquella pregunta fue el inicio de una seria de reacciones que cambiaron la tristeza en alegría, y permitieron recordar que tenían que estar buscando a un Jesús VIVO, no un cadáver para embalsamar ni una tumba donde recostarse a llorar. El Jesús que buscamos es uno que está vivo, que no está colgado en un cuadro ni en una cruz, no está empapado de sudor y sangre, sino radiante, refulgente, victorioso, Rey de Reyes, con poder sobre todos y todo. Este Jesús no está apegado a rituales de hombres, ni es un manipulador de emociones que busque asegurarse una buena ofrenda para cada domingo, sino que es el Jesús que derrotó la muerte misma para darme vida. Aleluya! Mi corazón se goza al saber que debo buscarle como un Dios vivo. Pero hay una cosa más sobre la que debo insistir, y es que en Lucas 24:6-7 los ángeles llaman la atención de las visitantes “acuérdense que El les había hablado…”. ¿Te das cuenta de algo? Ellos están resaltando que la búsqueda de Jesús debe fundamentarse en las palabras de Jesús, conociendo, creyendo, y tomando las decisiones y acciones conforme a esa palabra. La palabra de Dios ha de ser la columna sobre la que reposa mi búsqueda, y entonces hallaré al Jesús resucitado, a quien me da vida juntamente con El, a quien me dijo “yo estoy contigo todos los días, hasta el fin del mundo”. Amen.
Padre, te alabo porque has traído este pensamiento a mi alma para recordar cual ha de ser mi búsqueda. Concédeme la gracia de compartir con las almas que buscas, y que te buscan, estas verdades que puedan ser bálsamo a sus vidas, y lumbrera a su camino. Bendito seas mi Señor, porque vives y reinas. Amen.