lunes, 12 de agosto de 2013

TU REFRIGERIO ESPIRITUAL DE HOY: Enfrentando el desierto

Enfrentando el desierto
Desierto Wadi Degla, al sur del Cairo

Como parte de una excursión geológica de reconocimiento fui a un recorrido por el desierto Wadi Degla, al sur del Cairo. Aunque acostumbrado al sol marabino, esta temperatura y lo inhóspito de Wadi Degla me hicieron apreciar la compañía de mis dos experimentados colegas. Fue en horas del mediodía, al llegar a un trecho donde el camino se hace polvoriento y las rocas alrededor dejan sentir el calor abrazador, cuando vino a mi mente la historia de aquel joven que habitó en el desierto, al sur de donde yo estaba caminando. Criado como príncipe aunque hijo de esclavos, Moisés decidió huir al desierto, huyendo de su crimen, de su miedo…de sí mismo. Descansé unos minutos bajo la sombra de una roca, y traté de imaginar qué pensaría el príncipe prófugo mientras cuidaba ovejas ajenas, ahora sin comodidad ni renombre, en la soledad del desierto. Cuando llegó tenía 40, ahora era de 80 años, había pasado lo que podríamos llamar “sus mejores 40 años” en estos parajes…solo pensarlo me impresiona. Condiciones como estas ponen a prueba la mente y, me pregunto, si en alguna hora del mediodía Moisés acariciaría la idea de estar solo, que a nadie le importaba, que desde su nacimiento había sido un problema, el que no hablaba bien, el recogido de los ricos, y así auto flagelándose…como suele ocurrir cuando una mente lastimada en el camino se enfrenta a la soledad. Sin embargo, fue en esos momentos de soledad, carente de servidores y en humillación, cuando Dios se manifiesta a Moisés para decirle que no estaba solo, que los ojos del Altísimo estaban sobre él, que las circunstancias presentes, en lugar de derrumbarle, podía usarlas para forjar el carácter que requería el guía de una misión imposible. Hay tres cosas que son impactantes de ese encuentro narrado en el capítulo  de Éxodo.
SIN REPROCHES
Me llama la atención que Dios no comienza reprochándole al joven prófugo de la justicia su crimen, ni le explica que se encuentra en el desierto por su temperamento iracundo. No hay reproches en el encuentro y el llamado.
DIOS PERSONAL
Lo siguiente es que Dios se le presenta y le dice que cuando se refiera a su persona le llame “YHVH”, y agrega que a nadie le había dicho antes ese nombre. ¿Qué tal? El Altísimo del cielo se presenta como estrechando la mano de un prófugo y le dice “gusto conocerte, soy Dios, tu protector, el Creador”. Ni idea de cómo se pronuncian esas cuatro consonantes, dejemos eso a los teólogos estudiosos, lo que quiero resaltar es que le dio su “nombre”. Fue en el momento duro de enfrentar el desierto cuando Moisés tuvo el encuentro que cambio su vida y la historia de la humanidad. Conoció a Dios de una forma personal.
VISION Y MISION DE VIDA
Como resultado de ese encuentro Moisés recibió una visión y una misión para la vida. Si lees te darás cuenta que su actitud puso a prueba, desde el primer momento, la paciencia de Dios; lo que me parece se debió a que su estima personal había sido lastimada de distintas maneras durante su vida. Eso creo no sea exclusivo de Moisés. Pero el Dios con quien este hombre se encontró es un especialista en convertir la visión y misión de un solitario lobo del desierto en el campeón de la libertad de esclavos.
Conclusión:
Otras personas de la historia enfrentaron literalmente también el desierto, incluido el mismo Jesús, para quien implicó enfrentar al enemigo de las almas, cuya tarea es desanimarnos para que caigamos en el desierto sin conquistar la visión y misión para nuestra vida. Esto me trae a una última reflexión, ¿Alguna vez has estado en el desierto? No en Wadi Degla o algún otro territorio del planeta, me refiero al desierto en el que el alma siente sed, calor y soledad. En cierto modo ¿Sientes que estas cruzando tu desierto? Déjame decirte algo, no te desanimes, no te entregues, no escuches esa voz que te seduce a sentarte a la sombra a lamentarte y amargarte. Permite que Dios te muestre cuan hermoso y valioso eres, y acepta el desafío de pasar la prueba del desierto para alcanzar lo mejor de tu existencia. No quiere decir que tengamos que buscar intencionalmente enfrentar traumas para avanzar en la vida, sino que a pesar de que haya traumas podemos y debemos avanzar. Lo que hemos vivido, enfocado con visión espiritual, puede ser una fortaleza para nuestra vida presente y futura, e incluso para que podamos ser guías de otros peregrinos del desierto, que aún no han encontrado la fuente que brota de la roca de la vida. No digo que tú y yo vayamos a ser famosos en el mundo, puede incluso que tu vida y la mía se trate de rescatar a una sola alma perdida en las arenas del tiempo, pero para esa alma, para ti y, sobretodo, para YHVH, vale la pena tu vida. Feliz día. 

1 comentario:

  1. REALMENTE MUY ESPECIAL!!! Y ACORDE CON CUALQUIER NECESIDAD EN CUALQUIER AREA DEL ESCALAFÓN EN EL CUERPO DE CRISTO!!!

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